Las celosías son estructuras arquitectónicas compuestas por una serie de elementos entrelazados, generalmente verticales u horizontales, que forman un patrón de aberturas o huecos.
Estos patrones pueden ser geométricos, abstractos o seguir diseños específicos. Las celosías se utilizan principalmente para dividir espacios, brindar privacidad, permitir la circulación de aire y luz, y en muchos casos, tienen un propósito decorativo.
Estas estructuras pueden estar realizadas en diferentes materiales (PVC, madera, aluminio y resina) que tienen múltiples usos tanto en el exterior como en el interior de las viviendas.
Están compuestas por listones, unidos o superpuestos que forman una reja decorativa para delimitar, aislar, separar espacios o simplemente con un objetivo decorativo. La instalación de estos listones aportan intimidad y protección al hogar, además convertirse en buenos soportes para las plantas trepadoras.
Tipos de celosías
Pueden ser de diferentes maneras según las necesidades de cada hogar. Para ganar más intimidad en un espacio, es recomendable colocar celosías de cuadro pequeño, mientras que para la separación de ambientes o para su utilización de soporte de plantas trepadoras, la mejor opción son las celosías de cuadro grande.
- Fijas
- Móviles
- Extensibles
Celosías según su material y uso
Están compuestas de distintos materiales cuyas diferencias se encuentran en la durabilidad y el mantenimiento, factores que afectan directamente en el precio.
Celosías de madera
Este tipo de elementos más tradicionales y utilizadas son las de madera. Las más tradicionales y utilizadas son las celosías de madera, sobre todo las de pino o abeto nórdico y las de maderas tropicales.
Se utilizan normalmente en jardinería y como soporte para las platas trepadoras. Se pueden encontrar en paredes, vallas, arcos, etc. Otro espacio donde se suelen utilizar mucho estas celosías es en muros para separar viviendas unifamiliares, evitando así ser vistos por los vecinos y mantener la seguridad de los niños.
Las celosías de madera más resistentes son las elaboradas en madera de pino, abeto o madera tropical que va vienen con un tratamiento de fábrica para aumentar su resistencia frente a los agentes atmosféricos y protegerlas contra todo tipo de insectos y hongos.
No obstante, es recomendable barnizarlas o pintarlas cada cuatro años. Las celosías de madera tropical son más resistentes gracias a sus aceites naturales. Soportan bien la humedad y no necesitan pintura ni barniz.
Celosías de piedra
Son las que más se utilizan en monumentos, iglesias y construcciones para casas rústicas. Las hay de diferentes formas y con ellas se pueden crear magníficos elementos decorativos para separar y delimitar la vivienda para ofrecer seguridad y privacidad.
Celosías de aluminio
Las celosías de aluminio son las más utilizadas en ventanas. Tienen un formato rectangular en forma de red de tiras de aluminio utilizadas como cerramientos y también se conocen como contra ventanas. Este tipo de celosías son las más indicadas para el exterior, por su resistencia al sol y la lluvia, además de que no necesitan ningún tipo de mantenimiento.
Celosías de PVC o resina
Las celosías de PVC tienen un acabado bastante similar a las de madera, pero son más resistentes que éstas y no necesitan mantenimiento. No obstante, las de resina son todavía más duraderas y no se deterioran, ya que resisten mejor los cambios atmosféricos.
Celosías metálicas
Las metálicas se utilizan más como elemento de seguridad que decorativo. Son más caras que las de madera, pero más duraderas, aunque necesitan un mantenimiento regular para evitar la oxidación.
Ventajas de las celosías
Una de sus características es que no solo aportan un valor añadido en cuanto a estética, sino que destacan por el ahorro energético que garantizan. Gracias a la reorientación que permiten estas estructuras, el usuario puede ser capaz de aprovechar al máximo la luz del sol. De este modo, hará menos uso de la luz artificial y contribuirá a la reducción de consumo energético.
Otra de las ventajas de estas estructuras es el confort que consiguen al controlar la ventilación del hogar y la regulación de la apertura de las mismas para ofrecer una mayor privacidad.
Las lamas se convierten en una barrera perfecta para ganar privacidad y a la vez mantener el espacio ventilado.
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